La Filosofía Jym

Ya sabéis que me va la marcha. O sea, no esconderme y hablar abiertamente de todo, cree o no polémica. Por supuesto, siempre desde la máxima educación posible, con cierto tono irónico y sus buenas dosis de humor. Que se pueden sacar sonrisas de todo (o eso es lo que yo creo). 

Y por ello hoy toca hablar de nuestra FILOSOFÍA

Así, con mayúsculas. Es decir, el modo en que nosotros vemos cómo es y cómo deberían ser ciertos aspectos en este ámbito de la salud. A saber: ejercicio, alimentación, gestión del estrés, compromiso, esfuerzo, fisioterapia, dolor, respeto, coherencia. 

Todas las palabras anteriores no están escogidas al azar. Muy al contrario, están seleccionadas con intención. Y mucha. Algunas definen nuestros servicios profesionales: fisioterapia, alimentación, ejercicio (o sea, Entrenamiento, Nutrición y Fisioterapia).

Otras definen aquellos otros aspectos básicos y necesarios para llevar a buen puerto los objetivos de cada cual.

Hablando claro: si no te esfuerzas, no consigues nada; si no respetas los horarios en los que has quedado o no apareces, no consigues nada; si no gestionas el estrés dejando sitio a tiempo para ti mismo/a, no consigues nada; si no te comprometes a cumplir lo que te dicen los profesionales que gastan su tiempo en recomendarte acciones que van a favorecer lo que buscas, no consigues nada. 

En definitiva, si TÚ no pones de tu parte TODO, no consigues nada. Siempre me gusta citar nuestro artículo pasado “Culpas en 3ª persona vs. en 1ª persona” (podéis leerlo aquí).

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Porque lo siento mucho, pero esto funciona así; consigues las cosas por ti. Si yo levanto una pesa, el que se pone fuerte soy yo, no tú. Si yo como bien, el que adelgaza soy yo, no tú. Si yo acudo al fisio cuando percibo un dolor, me “curo” yo, no tú. ¿Me sigues, verdad?

Pues esta es la base de la pirámide de nuestra Filosofía. Una filosofía que necesita en su base a una persona absolutamente comprometida, proactiva, atenta y que de verdad pone de su parte para conseguir lo que sea que busque.

Aliviar dolor, mejorar su forma física, mejorar su estética, aumentar su rendimiento en un deporte concreto, recuperarse de una lesión, empezar a moverse como hábito de vida, aprender técnicas para reducir la tensión muscular… hay tantos motivos que no puedo plasmar todos ellos. 

El siguiente aspecto en nuestra Filosofía, sería la de ver el ejercicio como algo vital en tu vida. Esto no va de verse mega estupendo/a en el espejo.

Esto va de que hacer ejercicio mejora la salud a niveles que, si de verdad los políticos hicieran caso de ello, se invertiría una barbaridad de dinero en fomentarlo y por tanto reducir listas de espera de consultas médicas.

Porque esto, de nuevo, es ciencia. Hacer ejercicio te aleja del médico, del hospital, de los fármacos. Y si no lo ves así, no importa. A la ciencia no le importa que tú la creas o no. La ciencia es ciencia, y como he dicho más veces, no es una opinión.

A partir de esto, cada uno que actúe como crea oportuno. Pero nosotros, desde nuestra pequeñita parcela donde podemos hacerlo, intentaremos que el ejercicio pase a formar parte indispensable de tu vida. Mucho antes que tus propios objetivos. El objetivo principal le tenemos claro.

Que te muevas, y lo adquieras como hábito. Ya veremos si te ponemos el bíceps como Nadal o el culo como JLo.

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Hagamos la base: HAZ EJERCICIO

Si continuamos desgranando pieza a pieza los aspectos que valoramos como clave, hablaríamos de la relativización. Me explico. Relativizar es algo que ya los estoicos consideraban de gran importancia.

De ahí sale la idea de los círculos que muchas veces se intenta enseñar desde la psicología. No es otra cosa que dibujarte a ti en el centro de dos círculos principales (si arañamos más podríamos hacer más círculos para ser más exactos y detallistas; pero ese no es el objetivo de este artículo), el círculo en el que te encuentras, muy pequeñito, y otro adyacente muy muy grande.

El pequeñito, en el que estás, se trata de aquellas cosas que puedes controlar. El otro, el grandote, el de aquellas que no puedes controlar. Haz un ejercicio un instante: piensa de verdad cuántas cosas puedes controlar directamente en tu vida. SON MUY POCAS.

De verdad, hay poquísimas cosas que tengas en tu mano cambiar. Por tanto, todas aquellas que no puedes controlar, relativízalas. Te vas a frustrar intentando cambiar las cosas; de hecho vas a caer en desesperación, en estrés, en falta de sueño, en enfados, mal humor… En fin, tu calidad de vida va a bajar enteros.

Te pongo un ejemplo: ¿puedes realmente hacer que la gente sea puntual siempre? La respuesta es obvia. NO. Puedes explicar a la gente que hay que llegar puntual, que es una falta de respeto, que no es tu problema, que pierden tiempo de su servicio (sea el que sea: entrenamiento, estilista, fisio, psicoterapia, peluquería…).

Al final dará igual; seguramente, en el 90% de los casos (y estoy siendo optimista), las cosas seguirán igual. Porque la realidad es que no está bajo tu control cambiar el comportamiento de otro ser humano. Os cuento otro ejemplo, habitual en nuestro ámbito, que sufren muchos entrenadores. Familiares que tienen multitud de problemas de salud. De todo tipo.

Y que no han hecho ejercicio en su vida y no hay manera de conseguir que hagan ejercicio. Tú, como buen Entrenador, con una carrera (o dos) a tus espaldas, varios Máster, años de experiencia, sabes que hacer ejercicio iba a mejorar de forma exponencial su salud y por ende su calidad de vida. Y se lo explicas. Y se lo repites. E insistes. Y nada; la respuesta siempre es no.

Un compañero me dijo una vez que sí podía hacer algo para cambiarlo: enfadarse con esa persona para conseguir cambiar su actitud. Yo me reí. No de forma maliciosa, claro. Si no que me reí por la candidez de la “estrategia”.

Por mucho que se enfadara, por mucho que se lo mostrara o se lo explicase, no estaba en la mano de este compañero conseguir que esa persona cambie de actitud. Elimina esas frustraciones de tu vida. 

Y voy a seguir hablando de la relativización. Pero desde otro punto de vista. En este caso el del ejercicio, que es lo que me toca de forma directa. ¿En qué aplicamos este aspecto dentro de nuestra Filosofía?

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Pues ni más ni menos que en el de preocuparse menos por si hago tal o cual entrenamiento, tal o cual ejercicio, si siento menos el cuádriceps cuando hago sentadillas que si hago “leg extension”, si hoy tocaba entrenar y no he ido, si el de al lado hace esto de un modo o de otro…

Y mil etcéteras que podría añadir. Si has prestado atención plena al artículo, ya sabrás porque esto también forma parte de nuestra filosofía.

PORQUE LO IMPORTANTE ES HACER EJERCICIO Y SER CONSTANTE

Punto. Ni más ni menos.

Preocúpate de hacer ejercicio, de hacerlo hábito, y deja de preocuparte de nimiedades. Si la rodilla se flexiona estás trabajando esos músculos. Si el de al lado lo hace de otra forma, será por algo. Si hoy no has ido a entrenar, un día no mancha toda la racha de días que sí vas.

Cuidado haters, que os veo venir. Nadie ha hablado aquí de rendimiento o deporte profesional. Hablamos de población general, cuya máxima preocupación debería ser su salud. Claro que hay casos en los que este punto no tiene aplicación. Pero para la mayoría de la gente sí. 

El perfeccionismo. Para mí, gran problema de muchas personas en esta sociedad. Te paraliza. Hace que no actúes por miedo a no hacerlo absolutamente perfecto. Pues otro de los puntos de nuestra Filosofía es LA FALTA DE PERFECCIONISMO.

Fíjate si soy anti marketing, que te diré que nosotros no trabajamos la perfección en tu entrenamiento. Prefiero que te muevas y lo hagas rutina. Ya iremos consiguiendo mejorar tu calidad de movimiento, pulir tu técnica, etc.

Seguramente, muchos compañeros profesionales se lleven las manos a la cabeza al leer esto. Me da igual. De hecho, la mayoría de entrenadores y centros de entrenamiento basan su estrategia en decir que vas a entrenar perfecto, aprendiendo a moverte con la mayor calidad desde el día 1 (un aplauso a quien lo consiga…), que no va a escapar nada a su control y planificación y que todo lo que rodea y tiene que ver con tu entrenamiento será perfecto perfecto perfectísimo.

Pues mira, no. No es verdad. Enseñar a alguien a moverse bien es muy complejo. Entran en juego muchos sistemas del organismo. Y por desgracia tenemos un grandísimo problema en la falta de conocimiento de nuestro propio cuerpo a día de hoy.

Igual la reducción de las horas de educación física en las aulas, un mal abordaje en el planteamiento de esta misma asignatura, un miedo exacerbado de muchos padres y niños a que el crío se apunte a deportes, ha generado unos niveles de torpeza (perdón por la palabra, pero es que describe a la perfección lo que nos encontramos día a día) y una falta de percepción de un mínimo esquema corporal propio, que es escandaloso.

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Moverse es humano. Moverse es necesario. Moverse es básico. VITAL. Joder, moverse es SALUD. Espero que vaya quedando más claro con este artículo esta idea…

Y de todo esto nace esta otra base de nuestra Filosofía. Que es la de escapar de un perfeccionismo que seguramente frustre, paralice y haga más difícil valorar los pequeños logros diarios. Nuestro objetivo es hacerte, si no aficionado, sí habitual en las salas de entrenamiento.

Poco a poco, entrenamiento a entrenamiento, mes tras mes, irás puliendo cuestiones de técnica, de calidad de movimiento, de integración de cadenas musculares, y muchos aspectos que entran en juego en esto de moverse y moverse bien.

Evidentemente, en este sentido, hay que ser muy prudente en cómo se gestionan las cargas de entrenamiento: kilos, velocidades, intensidades. Hasta que no tengamos una buena calidad técnica, sí hay que ser cuidadoso en no “venirse arriba”.

Pero se puede ir progresando mucho sin todavía ser extraordinariamente bueno en la calidad técnica. Muévete, y no uses como excusa que no lo haces perfecto. 

Y, por último, podríamos hablar de LAS QUEJAS. Jamás, al menos desde mi punto de vista, he visto una sociedad tan quejica, tan preocupada por hacer ver su descontento continuo con absolutamente todo. Es excesivo. Es demasiado. Nos hemos vuelto insoportables. Me incluyo, aquí hablo en primera persona.

Creo que todos deberíamos hacer, en este punto, un auténtico examen auto-reflexivo, y ver si es normal este nivel de queja y si es tolerable. Es normal no estar de acuerdo con algo, es normal que tú pienses que lo harías de otro modo, es normal que pidas un cierto nivel de exigencia cuando pagas por algo, pero, lo que vivimos en el día a día, ¿crees de verdad que es normal?

Vuelvo a remitir al artículo de las culpas. Y es que creo que todo está relacionado. Nos quejamos porque buscamos culpables. Y cuando buscamos esos culpables, jamás lo hacemos en 1ª persona. Siempre buscaremos fuera. Y de verdad, y con el corazón en la mano, hablando desde el punto de vista de alguien que trabaja de cara al público incontables horas al día, es agotador.

Aquí no voy a poner ejemplos, no quiero. Pero creo que, si tú, que me estás leyendo, profundizas un poco en lo que digo, es difícil que no estés de acuerdo.

Vamos a dejarnos de quejarse tanto, de buscar culpables, de señalar al otro, de no hacer nosotros las cosas y pretender que aún así salgan bien, de poner excusas y pegas a todo, de mirar tanto al vecino y, por favor, seamos más amables, más tranquilos, más educados.

Una sonrisa, un “que tengas un buen día” puede tener un poder enorme 

Y esta podríamos considerar la base de nuestra Filosofía, LA FILOSOFÍA JYM. Hay muchas más cosas, muchos detalles, muchos “giros de guión” en el día a día, pero para eso, hay que venir aquí y experimentarlo.

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Aquí, al menos, tenemos clara nuestra dirección y cómo afrontamos nuestra profesión. No es mejor ni peor. Jamás hablaré de eso. De hecho, según tu perfil y lo que busques, es probable que te recomiende otro profesional. Todo dependerá.

Pero lo que sí tenemos claro es que nuestro método funciona, pues llevamos gente desde hace mucho tiempo y, como en cualquier relación humana, hay altibajos, pero creemos aportar mucho a nivel de salud a todo el que pasa por aquí. Especialmente si se alinea del todo con esta Filosofía. 

Ha sido un artículo largo, extenso, y que te diría leas al menos un par de veces procurando llevarte los ejemplos a tu vida. Quizás consigas hacer ese “click” que no terminaba de llegar. Ánimo con ello.

Nos vemos por el Jym; un abrazo.